El lila, color oficial de la propaganda electoral de Medina, se adueñó de las calles, en especial de la de Topete, donde bares, peluquerías y locutorios estaban de celebración.
«¡Danilo presidente!», gritaba el casi centenar de dominicanos residentes en Madrid que salió a la calle a celebrar con los suyos lo que ellos denominan una «nueva etapa política».
El domingo acudieron a las urnas españolas a votar, tras meses de hacer campaña electoral propia en Madrid.
En esta orilla de Bravo Murillo, era común ver carteles de apoyo a Medina y a su partido, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Casi ninguno de su contrincante, Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Boba es la dueña de la peluquería situada en la calle Topete, donde una docena de clientas se peinaban al son de reggaeton, cervezas y gritos de euforia.
Según Boba, Medina hará por su país lo que «ningún presidente ha hecho hasta ahora». Su compañera Sofi, representante de la embajada dominicana en España, resume lo que para ellos es el nuevo presidente: «¡Danilo es el presidente de la dignidad, el decoro y la honestidad!».
Algunos dominicanos también confían en que el liberal traiga tranquilidad a su país: «Los niños no estarán hasta la madrugada en las calles, habrá menos drogas y menos peligro», dice uno de ellos. Otros esperan que Medina consiga mejorar los convenios entre ambos países para regular la entrada de dominicanos en España.
Poco apoyo para Mejía
Tras los globos, se divisaba en los balcones algún que otro cartel de apoyo al revolucionario Hipólito Mejía. Héctor es de los pocos dominicano-madrileños que le votaron el pasado domingo, aunque asegura que «tiene buen perder»: «Estamos en una época democrática y hay que respetar a todo el mundo. Tengo amigos que votaron al PLD, pero lo importante es que han sido unas elecciones legales y, sobre todo, sin muertos ni heridos, no como otros años».
Pero los «peledeístas», como ellos mismos se denominan, no perdonan y como es costumbre en su país, han rendido su «particular» homenaje a Mejía: un pequeno funeral. «Siempre se hace, se ponen velas y un mensaje al perdedor, para despedirle. Aunque allá en mi país incluso saldrán a la calle con ataúdes. Es en tono de humor», explica uno de ellos. En este caso, unas velas y un ramo de flores acompañaban una imagen del revolucionario, cuyo eslogan político era "Llegó papá". Encima del «velatorio», una hoja indicaba: «Disculpen, no podemos decirle a qué hora es el entierro porque no aparece ningún doliente. Que descanse en paz quien en su vida le decían papá».
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